La genética cumple un papel importante en la composición de los microbiomas.1 Los microbiomas intestinales de perros genéticamente relacionados fueron más similares entre sí que de perros no relacionados, a pesar de la separación geográfica después del destete.2
La colonización microbiana del tracto intestinal se ve influenciada en primer lugar por el microbioma materno, el medioambiente y la nutrición.
Los microbiomas de los cachorros fueron más similares a los microbiomas de sus madres a las 7 semanas de edad en comparación con su composición al nacer.2 El microbioma intestinal de los cachorros aumenta la diversidad microbiana y la riqueza de las especies de 2 a 56 días después del nacimiento, pero es relativamente estable 42 días después del nacimiento.3 Por el contrario, los gatitos pueden mostrar una reducción en la diversidad entre la semana 4 y la semana 8 de edad.4
Un estudio de metagenómica sugirió que el microbioma de los gatitos sufre un cambio pequeño entre las semanas 8 y 16 5, y en otro estudio se observaron cambios en la diversidad estructural y funcional entre la semana 18 y la semana 30 de edad, aunque no hubo cambios significativos entre las semanas 30 y 42.6
Con la edad, las enfermedades, los tratamientos médicos y otros factores estresantes, el equilibrio de las bacterias en el intestino puede cambiar hacia poblaciones más grandes de bacterias potencialmente patógenas.3,7,8
El entorno en donde viven las mascotas también puede afectar drásticamente el microbioma intestinal. Los microbiomas de los perros que viven en casa diferían de los que viven en refugios, y los perros de los refugios mostraron una población más diversa de microbiomas.1 Los perros que viven en ciudades más grandes muestran un microbioma más diverso que los que se encuentran en ciudades más pequeñas o en ambientes rurales.2
Varios estados de enfermedad están relacionados con la disbiosis del microbioma intestinal, aunque no se ha determinado definitivamente si la disbiosis es la causa o una consecuencia del estado de enfermedad.1
Se ha detectado disbiosis en perros con enteropatías crónicas, diarrea crónica y diarrea aguda.9,10
Los medicamentos pueden afectar al microbioma.
Los medicamentos antimicrobianos en particular (tales como el metronidazol y la tilosina) pueden alterar profundamente el microbioma.1,11,12 Los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol, también ejercen efectos negativos en el microbioma.1,13
La obesidad se asocia con cambios en el microbioma, pero aún se desconoce la función del microbioma como causa o consecuencia de la obesidad.14,15
El microbioma de los perros obesos responde de manera diferente a la dieta y es menos resistente que el microbioma de los perros esbeltos.15,16
La composición de la flora intestinal se ve afectada en gran medida por la dieta.
El microbioma puede verse afectado por el perfil de ingredientes, las concentraciones de nutrientes, la digestibilidad y los procedimientos de procesamiento de la dieta.17-24 La composición de los macronutrientes parece ser el factor alimenticio más significativo que impulsa los cambios en la composición del microbioma.17,24-29 Las dietas con alto contenido de proteínas aumentan la cantidad de microbios proteolíticos, mientras que las dietas con alto contenido de carbohidratos aumentan la cantidad de microbios sacarolíticos.23
El microbioma intestinal cambia rápidamente en respuesta a la dieta,17,30,31 lo que indica una gran flexibilidad en su composición. Sin embargo, estos cambios son reversibles y el microbioma volverá a su composición original cuando los perros retomen su dieta original.30,31