El ADN contiene los códigos químicos que proporcionan las instrucciones para cada función celular. Con el seguimiento de los genes que se activan o desactivan en diferentes condiciones, los investigadores pueden identificar cómo cambia la expresión genética entre perros y gatos sanos y los que no lo están y, luego, evaluar el impacto de los nutrientes en la actividad genética.
Purina fue una de las primeras empresas de alimentos para mascotas en aplicar la ómica para comprender mejor las conexiones entre nutrición y genética. Este enfoque a nivel molecular revela de forma continua nuevos mecanismos mediante los cuales los nutrientes pueden mejorar la salud de las mascotas.
En 1999, Purina se asoció con Cornell University para desarrollar el centro Canine Reference Family DNA Distribution Center, una plataforma común para el intercambio mundial de datos genéticos. Esta plataforma ayudó a los investigadores a colocar cientos de marcadores cerca de genes y cromosomas específicos, lo que mejoró los estudios de cómo se desarrollan las enfermedades, como los cánceres familiares, tanto en perros como en personas.1 Purina también ayuda a la investigación de secuenciación de ADN, que contribuyó a la realización de la colaboración internacional e institucional que llevó a la primera secuencia del genoma canino completo. Con un conocimiento más exacto del genoma canino, los científicos pueden comparar mejor el ADN entre perros y otras especies para comprender cómo los cambios genéticos pueden afectar la salud.2,3 Los estudios de Purina han demostrado, por ejemplo, cómo la nutrición puede influir en la expresión genética en perros con osteoartritis.4,5
En el 2004, por primera vez, se secuenció el genoma canino completo con el ADN de un perro bóxer.
La primera secuencia completa del genoma de referencia de felinos domésticos se publicó en el 2007.6 Desde entonces, los investigadores de Purina han colaborado con otros científicos para crear un mapa de resolución más alta de los cromosomas felinos. Luego, esto se utilizó para generar una matriz más detallada para la secuencia de ADN existente del genoma felino.7 En conjunto con otros genetistas, los científicos de Purina también analizaron las secuencias genómicas de tres gatos de raza de Purina. Estos gatos, con generaciones conocidas de “familiares”, son un recurso poderoso para el estudio de enfermedades específicas de la raza. Cuando los gatos vienen de largas líneas de cría similar, esto puede amplificar el impacto de los genes que confieren un mayor riesgo de enfermedades, como la enfermedad renal poliquística (PKD) en gatos persa. Estudiar el ADN de estos gatos proporciona oportunidades para encontrar dichos genes, evaluar su impacto y desarrollar nuevas maneras de mejorar la atención médica para todos los gatos.8
El ADN de la primera secuencia completa del genoma felino provino de Cinnamon, un gato abisinio.
Para una nueva solución a este antiguo problema, los científicos de Purina analizaron el impacto de la dieta en la expresión genética y descubrieron que los ácidos grasos omega-3 pueden mejorar la salud de las células del cartílago.
Cuando los investigadores de Purina compararon la expresión génica en las células del cartílago articular de perros sanos con la de perros artríticos, los genes en las células afectadas por la artritis mostraron un aumento de las enzimas degradadoras del cartílago, llamadas metaloproteasas. Las enzimas que inhibían la degradación estaban reguladas por disminución. 3-4
Estudios anteriores demostraron que los ácidos grasos omega-3 pueden reducir la inflamación, un desencadenante de la cascada bioquímica que lleva a la descomposición del cartílago articular.
En una prueba clínica de 9 semanas con 24 perros de clientes que ya estaban programados para someterse a una cirugía de osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO, por sus siglas en inglés) por una babilla, los perros alimentados con una dieta suplementada con ácidos grasos omega-3 tenían niveles plasmáticos más bajos de marcadores inflamatorios y la enzima degradadora del cartílago, MMP-9. En la pata que no se operó también se mostraron niveles sinoviales aumentados de ácido eicosapentaenoico (EPA) y una enzima inhibitoria para las metaloproteasas que degradan el cartílago.5
En un estudio separado, el análisis de la fuerza mostró que los perros con artritis producida de forma natural mejoraron su movilidad cuando se alimentaron con una dieta alta en omega-3 de aceite de pescado.10
Otros estudios demostraron que una dieta con omega-3 y enriquecida con proteínas puede dar como resultado una menor concentración de PGE2 en el líquido sinovial (un factor que favorece la inflamación) y puede reducir la progresión de la osteoartritis en los 6 meses posteriores a una osteotomía de nivelación de la meseta tibial.11 En otro estudio, en comparación con los perros alimentados con un tratamiento (control) de dieta, los perros alimentados con omega-3 y una dieta enriquecida con proteínas mostraron mejoras en la fuerza vertical máxima y el impulso vertical, que son mediciones de la carga de peso y el análisis de la marcha para la cojera, después de la cirugía de TPLO.12