Ejemplos prácticos​

Conoce a Tigger, un gato de edad avanzada con poliuria, polidipsia y periuria.

Conoce a TIGGER

Un gato doméstico de pelo corto macho, castrado, de 10 años de edad

  • Tigger, un gato mayormente de interiores, se presenta para una evaluación de micción inapropiada que comenzó hace 2 días aproximadamente. El dueño informa que el gato suele orinar en una de las dos cajas de arena, pero recientemente descubrió que había orinado en una canasta de ropa sucia. El dueño también notó más acumulaciones de orina en las cajas de arena y ha visto a Tigger beber de su tazón de agua con mayor frecuencia. 
  • Tigger tiene acceso ad libitum a cantidades controladas de alimento seco y se le ofrece alimento húmedo dos veces al día. El dueño señaló que se ha vuelto más quisquilloso acerca de qué alimentos comer y, en el último mes, vomitó ocasionalmente.
  • El examen físico reveló un gato alegre, alerta y receptivo con una calificación de condición corporal de 5/9 y masa muscular normal. La palpación abdominal reveló un riñón izquierdo pequeño (no se pudo palpar el riñón derecho) y una vejiga levemente distendida, pero sin dolor. El resto del examen de Tigger fue normal.
  • La evaluación inicial de la orina obtenida mediante cistocentesis mostró una gravedad específica de la orina de 1.025, sin proteinuria, sedimento en reposo y un pH de 6.4. Los demás resultados estuvieron dentro de los límites normales. Los resultados de los análisis de sangre (es decir, hemograma completo, perfil de química sanguínea, tiroxina total) estuvieron dentro de los límites normales, aunque el nivel total de tiroxina estuvo en el límite superior del rango de referencia.

Trastornos del páncreas

Diabetes Mellitus en Gatos

Las modificaciones dietéticas, junto con la insulina, son fundamentales para el tratamiento de los gatos diabéticos. A diferencia de los perros, que tienen diabetes tipo 1 y siguen siendo insulinodependientes, la mayoría de los gatos suelen tener diabetes tipo 2 y pueden alcanzar la remisión de la diabetes.1,2 La remisión de la diabetes significa que los niveles de glucosa en sangre pueden controlarse solo con la dieta, sin insulina exógena ni otros medicamentos reguladores de la glucosa, en gatos que antes requerían tratamiento para controlar los síntomas diabéticos.

La obesidad, el estilo de vida en interiores, la inactividad física, la edad avanzada y el sexo masculino son factores de riesgo significativos para la diabetes mellitus en los gatos.1,3,4 La obesidad está reconocida como el factor de riesgo controlable más importante, ya que los gatos con sobrepeso tienen un riesgo 4 veces mayor de padecer diabetes que los gatos con una condición corporal ideal.1,5 Cada aumento de 1 kilogramo en el peso corporal de los gatos sanos provoca una disminución del 30 % en la sensibilidad a la insulina.6 

feline pancreas icon

Los objetivos del control alimentario son:

  • ayudar a regular el control glucémico para manejar los signos clínicos de la diabetes, como poliuriapolidipsiapolifagia y pérdida de peso 
  • alcanzar o mantener una condición corporal y una masa muscular saludables 

Mensajes clave


  • El manejo nutricional de los gatos diabéticos es diferente al de los perros diabéticos debido a las etiologías subyacentes de la enfermedad. 
    • En los gatos recién diagnosticados, el primer objetivo del manejo es conseguir el control glucémico a través de la dieta y los medicamentos, incluida la insulina según sea necesario.
    • La complicación más importante asociada al tratamiento con insulina es un nivel de glucosa en sangre excesivamente bajo. Los síntomas de la hipoglucemia pueden aparecer repentinamente y pueden incluir: 
      • debilidad
      • letargo
      • inquietud
      • desorientación
      • pérdida de coordinación
      • cambios en el comportamiento
      • espasmos musculares
      • convulsiones
      • coma
  • Las recomendaciones nutricionales incluyen lo siguiente:4,8 
    • Se prefiere una dieta alta en proteínas (definida como proteína dietética ≥40 % de las calorías de energía metabolizable [EM]) para los gatos diabéticos porque puede ayudar a estabilizar los niveles de glucosa, maximizar la tasa metabólica, evitar la desnutrición proteica, prevenir la pérdida de masa muscular y mejorar la saciedad.7 
    • Se deben restringir los carbohidratos en la dieta. Un objetivo sugerido es ≤12 % de las calorías de EM o 3 gramos (g) de carbohidratos/100 kilocalorías (kcal).4,9,10 
      • Los estudios sugieren que la cantidad y el tipo de carbohidratos en la dieta influyen en gran medida en las concentraciones postprandiales de insulina y glucosa en los gatos.4
      • Diversos estudios respaldan la eficacia de las dietas altas en proteínas y bajas en carbohidratos para mejorar la sensibilidad a la insulina, disminuir las necesidades de insulina y mejorar el control glucémico.9,11 a 14 
  • Una vez establecido el control glucémico, la pérdida de peso controlada en gatos obesos puede ayudar a disminuir la resistencia a la insulina, mejorar el control de la insulina y aumentar las posibilidades de remisión de la diabetes.
    • Los gatos con sobrepeso u obesidad que están regulados, tienen un peso corporal estable y todavía necesitan perder peso pueden beneficiarse de una dieta alta en proteínas (>40 % de calorías de EM, >10 g de proteína/100 kcal) y baja en calorías suministrada al 80 % de las necesidades energéticas en reposo para el peso ideal.8 
      • El objetivo de pérdida de peso es del 0.5 % al 1 % del peso corporal por semana. Debe evitarse la pérdida rápida de peso debido al riesgo de lipidosis hepática y a la pérdida excesiva de masa corporal magra.8
      • Una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos ayuda a mantener la sensibilidad a la insulina, lo que puede ayudar a aumentar la pérdida de grasa y preservar la masa corporal magra durante la pérdida de peso.6 
      • Una dieta de control de peso más alta en fibra y proteínas puede ser útil en algunos gatos obesos y diabéticos para facilitar la pérdida de peso. Los carbohidratos digeribles deben limitarse a entre el 12 % y el 26 % de las calorías de EM en estas dietas.4,8,15 
  • La alimentación ad libitum o varias comidas pequeñas al día puede optimizar el control de la glucosa. 
    • Las investigaciones demuestran que a los gatos diabéticos se les puede permitir seguir un patrón de ingesta de alimentos típico de los felinos de muchas comidas pequeñas, ya que tienden a tener pequeños cambios en la glucosa en sangre y una hiperglucemia postprandial mínima. Por lo tanto, no es necesario que las inyecciones de insulina coincidan con el suministro de las comidas en los gatos diabéticos que comen de forma natural muchas comidas pequeñas al día.16
    • Los gatos diabéticos con sobrepeso u obesos seguirán beneficiándose de una cantidad de comida controlada como parte de un programa de pérdida de peso.
  • La comprobación de los signos clínicos es importante para un control eficaz de la diabetes. Los indicadores prácticos y útiles del control de la diabetes en los gatos son la ingesta de agua o la producción de orina durante un período de 24 horas, así como la evaluación de las actividades, el apetito y el comportamiento del gato.4 Otros parámetros que los propietarios pueden controlar en casa son el peso corporal y la condición corporal.
    • Los propietarios de mascotas pueden comprar una balanza para bebés o animales pequeños para poder controlar el peso corporal en casa. También pueden aprender a realizar la calificación de la condición corporal en casa.
    • Con frecuencia, la pérdida de peso en los pacientes obesos reduce la cantidad de insulina necesaria para mantener niveles saludables de glucosa en sangre.
    • La pérdida de peso rápida o no planificada es un indicio de una diabetes mal controlada.
  • Ajusta las recomendaciones alimentarias, según sea necesario, cuando haya enfermedades concomitantes (por ejemplo, pancreatitis, enfermedad renal o enfermedad intestinal).
Iniciador de conversación

“Tu [gato/gata] [nombre del gato/gata] tiene diabetes mellitus, lo que significa que su páncreas no está produciendo suficiente insulina o que los tejidos corporales no son capaces de responder a la insulina, o ambas cosas. Como resultado, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo, lo que puede provocar una pérdida de peso y un aumento de la orina, la ingesta de líquidos y la comida. Recomiendo que empecemos a administrar insulina a [nombre del gato/gata] y que le cambiemos la alimentación por una dieta terapéutica alta en proteínas y baja en carbohidratos”.

Herramientas y contenido relacionados:

Obesidad en Perros Y Gatos

La obesidad tiene muchos efectos adversos en la salud de una mascota. El tratamiento dietético es un pilar fundamental en el control del peso en perros y gatos.

Ver resumen 1 min a 5 min

El Sistema De Condición Corporal De Purina

El sistema de condición corporal de Purina es una herramienta fácil y práctica para evaluar la composición corporal de una mascota.​

Ver resumen 1 min a 5 min

Ficha Del Sistema De Condición Corporal Felina

Una ayuda visual para el sistema de calificación de la condición corporal de Purina para gatos.

VER HERRAMIENTA 1 min a 5 min

Cómo Realizar Una Evaluación De La Condición Corporal En Gatos

Evalúa la calificación de la condición corporal de un gato en solo 3 simples pasos

VER VIDEO 1 min a 5 min

Cómo Utilizar La Calificación De La Condición Muscular Para Detectar La Pérdida Muscular en Los Pacientes

La calificación de la condición muscular es un método práctico para evaluar la masa corporal magra que puede utilizarse como parte de las evaluaciones nutricionales.

Ver resumen 1 min a 5 min

Proteínas Y Masa Corporal Magra

Descubre la importancia de la masa corporal magra (MCM) en la salud general de los perros y gatos, y el papel que puede desempeñar una dieta alta en proteínas para disminuir su pérdida.

VER RESUMEN 11 min a 15 min

Para compartir con el dueño de la mascota:

Cómo Evaluar La Condición Corporal De Tu Gato

Evalúa la condición corporal de tu gato en solo 3 simples pasos

Ver video 1 min a 5 min

La Función De La Dieta en El Control Del Exceso De Peso

Un enfoque nutricional personalizado puede ayudar a las mascotas con sobrepeso u obesidad a bajar de peso.

Ver resumen 1 min a 5 min

Referencias

  1. Gottlieb, S., & Rand, J. (2018). Managing feline diabetes: Current perspectives. Veterinary Medicine: Research and Reports, 9, 33–42. doi: 10.2147/VMRR.S125619
  2. Hoenig, M., Reusch, C., & Peterson, M. E. (2000). Beta cell and insulin antibodies in treated and untreated diabetic cats. Veterinary Immunology and Immunopathology, 77(1-2), 93–102. doi: 10.1016/s0165-2427(00)00229-4
  3. Slingerland, L. I., Fazilova, V. V., Plantinga, E. A., Kooistra, H. S., & Beynen, A. C. (2009). Indoor confinement and physical inactivity rather than the proportion of dry food are risk factors in the development of feline type 2 diabetes mellitus. The Veterinary Journal, 179(2), 247–253. doi: 10.1016/j.tvjl.2007.08.035
  4. Sparkes, A. H., Cannon, M., Church, D., Fleeman, L., Harvey, A., Hoenig, M., Peterson, M. E., Reusch, C. E., Taylor, S., Rosenberg, D., & ISFM. (2015). ISFM consensus guidelines on the practical management of diabetes mellitus in cats. Journal of Feline Medicine and Surgery, 17(3), 235–250. doi: 10.1177/109812X15571880
  5. Scarlett, J. M., & Donoghue, S. (1998). Associations between body condition and disease in cats. Journal of the American Veterinary Medical Association, 212(11), 1725–1731.
  6. Hoenig, M., Thomaseth, K., Waldron, M., & Ferguson, D. C. (2007). Insulin sensitivity, fat distribution, and adipocytokine response to different diets in lean and obese cats before and after weight loss. American Journal of Physiology–Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 292(1), R227–R234. doi: 10.1152/ajpregu.00313.2006
  7. Behrend, E., Holford, A., Lathan, P., Rucinsky, R., & Schulman, R. (2018). 2018 AAHA diabetes management guidelines for dogs and cats. Journal of the American Animal Hospital Association, 54(1), 1–21. doi: 10.5326/JAAHA-MS-6822
  8. Clark, M., & Hoenig, M. (2021). Feline comorbidities: Pathophysiology and management of the obese diabetic cat. Journal of Feline Medicine and Surgery, 23(7), 639–648. doi: 10.1177/1098612X211021540
  9. Bennett, N., Greco, D. S., Peterson, M. E., Kirk, C., Mathes, M., & Fettman, M. J. (2006). Comparison of a low carbohydrate-low fiber diet and a moderate carbohydrate-high fiber diet in the management of feline diabetes mellitus. Journal of Feline Medicine and Surgery, 8(2), 73–84. doi: 10.1016/j.jfms.2005.08.004
  10. Zoran, D. L., & Rand, J. S. (2013). The role of diet in the prevention and management of feline diabetes. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 43(2), 233–243. doi: 10.1016/j.cvsm.2012.11.004
  11. Boari, A., Aste, G., Rocconi, F., Dalessandri, A., & Vita, S. (2008). Glargine insulin and high-protein-low-carbohydrate diet in cats with diabetes mellitus. Veterinary Research Communications, 32(Suppl 1), S243–S245. doi: 10.1007/s11259-008-9119-x
  12. Frank, G., Anderson, W., Pazak, H., Hodgkins, E., Ballam, J., & Laflamme, D. P. (2001). Use of a high-protein diet in the management of feline diabetes mellitus. Veterinary Therapeutics, 2(3), 238–246.
  13. Marshall, R. D., Rand, J. S., & Morton, J. M. (2009). Treatment of newly diagnosed diabetic cats with glargine insulin improves glycaemic control and results in higher probability of remission than protamine zinc and lente insulins. Journal of Feline Medicine and Surgery, 11(8), 683–691. doi: 10.1016/j.jfms.2009.05.016
  14. Mazzaferro, E. M., Greco, D. S., Turner, A. S., & Fettman, M. J. (2003). Treatment of feline diabetes mellitus using an alpha-glucosidase inhibitor and a low-carbohydrate diet. Journal of Feline Medicine and Surgery, 5(3), 183–189. doi: 10.1016/S1098-612X(03)00006-8
  15. Laflamme, D. P. (2020). Understanding the nutritional needs of healthy cats and those with diet-sensitive conditions. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 50(5), 905–924. doi: 10.1016/j.cvsm.2020.05.001
  16. Martin, G. J. W., & Rand, J. S. (1999). Food intake and blood glucose in normal and diabetic cats fed ad libitum. Journal of Feline Medicine and Surgery, 1(4), 241–251. doi: 10.1053/jfms.1999.0052