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NUTRICIÓN TERAPÉUTICA

Información útil sobre las necesidades de perros y gatos con condiciones de salud sensibles a la nutrición.

Trastornos hepáticos

Lipidosis Hepática Felina

La lipidosis hepática es la enfermedad hepática más común en los gatos. Los gatos afectados presentan una historia de anorexia o hiporexia (que dura de unos días a muchas semanas) y una rápida pérdida de peso. La mayoría de los casos de lipidosis hepática felina se producen como consecuencia de la anorexia o la hiporexia causadas por otra enfermedad, por ejemplo, colangitis, pancreatitis (aguda o crónica), enteropatía crónica, diabetes mellitus, enfermedad renal crónica o neoplasia.1,2 Sin embargo, los gatos sanos también pueden desarrollar lipidosis hepática si se vuelven anoréxicos o hiporéxicos, por ejemplo, debido al estrés, a un cambio repentino a una nueva dieta no adoptada o a la falta de acceso a la comida.1-3

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Un período de anorexia o hiporexia coloca al gato en un estado catabólico.1 El tejido adiposo se descompone y libera ácidos grasos. Los ácidos grasos son transportados al hígado, donde desequilibran las vías metabólicas de los lípidos, lo que provoca un depósito excesivo de triglicéridos en los hepatocitos. La inflamación de los hepatocitos bloquea el flujo biliar intrahepático, lo que provoca colestasis, y la función hepática se ve afectada.1,3 

Aunque la lipidosis hepática puede producirse a cualquier edad, suele aparecer en gatos de mediana edad. Los gatos obesos están predispuestos debido a la cantidad de grasa que se puede descomponer, y a la resistencia a la insulina a la que son propensos los gatos obesos.1

A menudo, los gatos están deshidratados además de anoréxicos o hiporéxicos cuando se presentan, y pueden estar ictéricos, letárgicos y con vómitos. La institución de un soporte nutricional intensivo es fundamental para el tratamiento de la lipidosis hepática.

Mensajes clave


  • Estabiliza a tu mascota y corrige la deshidratación y las anomalías electrolíticas. Identifica y trata las enfermedades subyacentes, si están presentes. Comienza el apoyo nutricional intensivo tan pronto como sea posible.1 
  • Los gatos con lipidosis hepática están anoréxicos o hiporéxicos y requieren alimentación asistida para corregir su balance energético negativo. Se prefiere la alimentación enteral a la parenteral porque ayuda a restaurar la motilidad intestinal y a resolver la atrofia de las vellosidades.1
    • El uso de una sonda de alimentación permanente permite un cómodo suministro de nutrientes. Se recomienda encarecidamente no utilizar una jeringa ni forzar la alimentación, ya que esto provoca un estrés adicional y puede provocar una aversión a la comida o una aspiración.2
      • Una sonda de alimentación nasoesofágica puede ser la mejor opción para el soporte inicial, ya que se puede insertar sin sedación y utilizarse inmediatamente. Con estas sondas solo se deben utilizar dietas líquidas debido a su pequeño diámetro.
      • En un paciente estable para la anestesia, las sondas de esofagostomía se colocan rápidamente y son bien toleradas por la mayoría de los gatos. (Si se necesita una visión general del procedimiento de colocación de la sonda de esofagostomía, hay videos de especialistas veterinarios disponibles en línea). Una sonda de gastrostomía también es una buena opción.2
    • Calcula las necesidades energéticas en reposo (RER) = 70 * peso corporal (kg)0.75 para determinar el volumen de comida.1 Comienza con 1/3 del volumen el primer día, repartido entre 6 y 8 comidas y, luego, aumenta gradualmente hasta la RER completa en los días siguientes. Suministra lentamente durante 10 a 15 minutos y fíjate en si tiene signos de náuseas, como babear o lamerse los labios. Si se observan, interrumpe temporalmente la alimentación y continúa una vez que se haya resuelto. Disminuye gradualmente la cantidad de comidas aumentando el volumen suministrado por comida.1,2
    • Ten cuidado de no alimentar en exceso o aumentar el volumen de comida demasiado rápido, especialmente al principio, ya que esto puede causar el síndrome de realimentación.
      • El síndrome de realimentación provoca disminuciones bruscas de los niveles séricos de potasio, fósforo o magnesio. Controla minuciosamente los niveles de suero y complementa, si es necesario.1,4
    • Suministra alimentos con una fórmula alta en calorías, como una fórmula de cuidados críticos o de recuperación, que contenga un alto nivel de proteínas (un 40-50 % de energía metabolizable [EM]), a menos que la mascota presente síntomas de encefalopatía hepática. Si es necesario, mezcla la comida con una pequeña cantidad de agua o dieta enteral líquida para conseguir una consistencia que pase fácilmente por la sonda de alimentación. Asegúrate de lavar la sonda con agua antes y después de cada suministro de alimento.
    • Antes de dar de alta al paciente con una sonda de alimentación, instruye al propietario sobre el uso y los cuidados adecuados. Permitir que el propietario alimente al gato mientras está en la clínica puede ayudar a aliviar sus preocupaciones. Se debe propiciar la ingesta voluntaria de alimentos en el hogar ofreciendo diversos alimentos secos y húmedos para gatos antes de cada alimentación por sonda. Calienta la comida a temperatura ambiente para potenciar el aroma y el sabor. La sonda de alimentación se puede retirar una vez que el gato esté comiendo de forma segura un alimento nutricionalmente equilibrado.
  • Controla el peso, la calificación de la condición corporal y la calificación de la condición muscular. Una vez que el gato esté completamente estable y coma bien, la dieta y la ingesta de calorías pueden ajustarse según sea necesario.
Iniciador de conversación

“La mayoría de los gatos con lipidosis hepática no comerán lo suficiente por sí mismos para superar esta enfermedad, por lo que una sonda de alimentación es la mejor opción para ayudar a estabilizar la salud de tu gato. Aunque esto pueda parecer aterrador, colocar una sonda de esofagostomía es un procedimiento fácil y normalmente muy bien tolerado.  Una vez que tu gato esté listo para irse a casa, te enseñaremos a preparar la comida y a dársela a través de la sonda de alimentación, así como a cuidar de la sonda. Nos aseguraremos de que te sientas cómodo antes de que te lleves a tu gato a casa”.

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Referencias

  1. Valtolina, C., & Favier, R. P. (2017). Feline hepatic lipidosis. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 47(3), 683–702. doi: 10.1016/j.cvsm.2016.11.014
  2. Webb, C. B. (2018). Hepatic lipidosis: Clinical review drawn from collective effort. Journal of Feline Medicine and Surgery, 20, 217-227. doi: 10.1177/1098612X18758591
  3. Center, S. A. (2005). Feline hepatic lipidosis. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 35, 225–269. doi: 10.1016/j.cvsm.2004.10.002
  4. Norton, R. D. (2016). Nutritional considerations for dogs and cats with liver disease. Journal of the American Animal Hospital Association, 52(1), 1–7. doi: 10.5326/JAAHA-MS-6292R2