Una terrier escocés hembra, esterilizada, de 1 año de edad
Trastornos gastrointestinales
La enteropatía sensible a alimentos es una de las formas más comunes de enteropatía crónica en perros e incluye a aquellos con reacciones adversas a alimentos (es decir, alergia e intolerancia a los alimentos) y a aquellos con inflamación intestinal que se beneficia de las propiedades de una dieta diferente.1 La enteropatía sensible a los alimentos se caracteriza por signos clínicos gastrointestinales persistentes o intermitentes que duran tres semanas o más, en ausencia de otras causas (p. ej., indiscreción de la dieta, parasitismo, enteropatógenos identificados o neoplasia) y enfermedades que no son gastrointestinales.2,3
Los perros con enteropatía sensible a alimentos tienden a ser más jóvenes, presentan signos clínicos menos graves y más diarrea del intestino grueso en comparación con los perros con enteropatía sensible a inmunosupresores.4-6
Debido a que muchos perros con signos gastrointestinales idiopáticos crónicos responden bien a los cambios en la dieta, a menudo se recomienda realizar una prueba de dieta de eliminación antes de la endoscopia en aquellos perros con signos leves o moderados, a menos que existan factores de pronóstico negativo (p. ej., hipoalbuminemia, deficiencia de vitamina B-12, clasificación alta del índice de actividad clínica).1,2,4,7,8
El objetivo de la intervención nutricional es proporcionar una dieta completa y equilibrada que evite los alérgenos o ingredientes conocidos que causan reacciones adversas a alimentos y que resuelva o minimice los signos clínicos.
Se ha demostrado que una dieta de eliminación es el método más eficaz para el diagnóstico y el tratamiento de la enteropatía sensible a alimentos.6
Los estudios de dieta de eliminación son el tratamiento de referencia para el diagnóstico de alergias e intolerancias alimentarias.
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