Información útil sobre las necesidades de perros y gatos con condiciones de salud sensibles a la nutrición.
Trastornos hepáticos
Como cofactor enzimático, el cobre contribuye a funciones cruciales del organismo, como la formación de glóbulos rojos, el metabolismo del hierro, la formación de tejido conjuntivo, el desarrollo y la función del sistema nervioso central, la formación de pigmentos de melanina y la función inmunitaria. El cobre dietético se suministra en la dieta, se almacena en el hígado y se distribuye a otros tejidos, según sea necesario.1
Debido a los defectos en la excreción de cobre en la bilis (la principal vía de eliminación del organismo), pueden acumularse niveles excesivos de cobre en el hígado, lo que provoca lesiones oxidativas e inflamación. La enfermedad se caracteriza inicialmente por una fase subclínica. Sin embargo, con la acumulación continuada de cobre, se produce una hepatitis y, finalmente, una cirrosis hepática. La acumulación excesiva de cobre es la principal causa tóxica de la hepatitis crónica.2
Aunque puede observarse en cualquier raza, la hepatitis asociada al cobre se ha relacionado con un defecto genético identificado en el Bedlington terrier, el labrador retriever y el doberman pinscher.2-5
La dieta tiene un papel fundamental en el tratamiento de la hepatitis asociada al cobre.
“La afección hepática de tu mascota está causada por los altos niveles de cobre en su hígado. Además del tratamiento médico, la alimentación de [nombre de la mascota] con una dieta baja en cobre es una parte clave del tratamiento de la enfermedad”.