Información útil sobre las necesidades de perros y gatos con condiciones de salud sensibles a la nutrición.
Trastornos cognitivos y cerebrales
Kelsey Bertamus
DVM
Mission Animal Hospital
Eden Prairie, Minnesota
El síndrome de disfunción cognitiva (SDC) en perros es una condición de desafío único. Su naturaleza progresiva, los efectos, a veces graves, sobre el comportamiento y la falta de cura pueden hacer que sea un diagnóstico devastador para los dueños de mascotas. Sin embargo, si adoptan un enfoque proactivo de la educación sobre el SDC y preparan a los clientes para que conozcan a fondo la enfermedad, los veterinarios pueden establecer las expectativas para los primeros signos de la enfermedad y la intervención terapéutica, lo que ayuda a mantener el vínculo entre el humano y la mascota.
La incidencia del SDC en los perros geriátricos es relativamente alta, se cree que afecta a un 14.2 % de los perros de ocho años o más.1 Si se tiene en cuenta esto, empiezo a examinar a los perros después de que alcancen la mediana edad en las revisiones semestrales o anuales. Considero que los perros son geriátricos cuando alcanzan el último 25 % de la expectativa de vida prevista para su raza. Para la mayoría de los perros de razas grandes, esto ocurre alrededor de los seis o siete años de edad y para los perros de razas pequeñas, alrededor de los ocho o nueve años. Considero que la mediana edad suele ser la mitad de la edad en que una mascota se convierte en geriátrica. Casi nunca es demasiado pronto para iniciar las conversaciones con los dueños de las mascotas sobre el SDC. No solo estarán familiarizados con los signos de alerta temprana, sino que pueden ser más receptivos a las intervenciones terapéuticas, como una dieta formulada con una fuente de triglicéridos de cadena media y antioxidantes.
Los clientes también deben entender que el SDC es un diagnóstico por exclusión. Su detección temprana depende de su capacidad para reconocer sus signos sutiles, como volverse menos sociable o estar menos interesado en los juguetes o en los miembros de la familia. Mis objetivos son presentar los signos del SDC de una manera que puedan entender y, luego, darles las herramientas para reconocer el proceso de la enfermedad.
Explico cómo podría ser el inicio y la evolución del SDC para los dueños de mascotas. El acrónimo DISHAA de signos clínicos reconocibles (Disorientation, Interaction, Sleep/wake cycles, House soiling, Activity and Anxiety, del inglés Desorientación, Interacción, Sueño/Vigilia, Ensuciar la casa, Actividad y Ansiedad) sirve como guía de conversación útil cuando se explica inicialmente la enfermedad y se memoriza fácilmente para su posterior consulta.
Después de nuestro análisis inicial, completamos la evaluación cognitiva para perros de edad avanzada de Purina y la repasamos cada tres a seis meses. Esto permite a los clientes reflexionar sobre cómo pueden haber cambiado las cosas durante el último año. He descubierto que hablar sobre los DISHAA en cada control y hacer que los clientes realicen evaluaciones en casa puede aumentar la probabilidad de un diagnóstico temprano y, en última instancia, de una intervención temprana.
La respuesta al diagnóstico por parte de los dueños suele depender del grado de evolución de la enfermedad. Si bien la educación y el debate continuos con los clientes pueden ayudar a detectar la enfermedad en sus fases tempranas, es posible que este no siempre sea el caso.
A los clientes les puede resultar difícil entender el diagnóstico de SDC, especialmente cuando lo que podrían considerar un envejecimiento típico podría ser en realidad los primeros signos de la enfermedad. Al igual que los perros, los seres humanos también pueden experimentar cambios en la memoria, la percepción, el aprendizaje y la conciencia a medida que envejecen, por lo que a menudo me resulta útil establecer paralelismos entre el SDC y las experiencias que los dueños pueden haber tenido al tratar con padres o abuelos ancianos.
Aunque el SDC es una enfermedad difícil, en mi experiencia los clientes suelen sentirse aliviados cuando son capaces de poner nombre a los cambios de comportamiento que antes no entendían. Y si colaboran con su veterinario para identificar los signos clínicos de forma temprana, tienen la recompensa de saber que un diagnóstico temprano puede haber aumentado la probabilidad de que intervenciones como la dieta, los medicamentos y la modificación del comportamiento puedan mejorar la calidad de vida de sus perros.
Las estrategias multimodales que incluyen una alimentación específica pueden ayudar a tratar los signos y ralentizar la evolución del síndrome de disfunción cognitiva en los perros.
Lee las perspectivas sobre el SDC y su tratamiento de la mano de la Dra. Marie Hopfensperger, veterinaria especialista en comportamiento.
Una herramienta útil para monitorear la función cognitiva en perros.
Salvin HE, McGreevy PD, Sachdev PS, Valenzuela MJ. Under diagnosis of canine cognitive dysfunction: a cross-sectional survey of older companion dogs. Vet J. 184: 277–81, 2010.