Información útil sobre las necesidades de perros y gatos con condiciones de salud sensibles a la nutrición.
Trastornos hepáticos
Un shunts portosistémico permite que la sangre portal no pase por el hígado. El hígado no recibe la nutrición que necesita, lo que provoca una atrofia hepática. Los nutrientes y otros compuestos absorbidos en el intestino no se someten al metabolismo hepático ni a la desintoxicación, sino que pasan directamente a la circulación sistémica. Los compuestos, por ejemplo, el amoníaco derivado del nitrógeno de las proteínas y normalmente desintoxicado como urea en el hígado, así como las bacterias, las endotoxinas y los aminoácidos aromáticos, causan efectos adversos en otros sistemas del organismo:1,2
Los shunts pueden ser congénitos o adquiridos. Los shunts portosistémicos congénitos son más frecuentes en los perros que en los gatos. Se ha informado que su prevalencia es del 0.02-0.6 % en perros y del 0.02-0.1 % en gatos.1 En los perros, los shunts congénitos son más comunes en las razas puras, por ejemplo, los loberos irlandeses, los golden retrievers, los yorkshire terriers y los malteses.1,3 En los gatos, los shunts congénitos son más frecuentes en los gatos de pelo corto.2 Las mascotas con shunts congénitos suelen ser de baja estatura y tienen una baja calificación de la condición corporal. Los cortocircuitos congénitos suelen producirse en forma de un solo vaso en una mascota, mientras que los cortocircuitos adquiridos suelen estar formados por numerosos vasos.4 Los shunts adquiridos se pueden desarrollar en cualquier mascota como consecuencia de una enfermedad hepática crónica o de un daño hepático (por ejemplo, intoxicación por aflatoxina) con fibrosis que provoca hipertensión portal.4,5
Por lo general, la ligadura quirúrgica de un shunts congénito es el tratamiento de elección. Sin embargo, algunas mascotas con shunts congénitos no son buenas candidatas para la cirugía, los propietarios rechazan la cirugía o esta no tiene éxito. En estos casos, en las mascotas antes de la cirugía y en las mascotas con shunts adquiridos, puede utilizarse una nutrición específica como parte del tratamiento.3,6
“Queremos reducir la posibilidad de que tu mascota muestre signos clínicos de su cortocircuito portosistémico. Podemos hacerlo con una dieta que contenga el nivel adecuado de proteínas, ni demasiado ni muy poco. Empezaremos con una dieta moderada en proteínas (limitando, en especial, las fuentes de proteínas cárnicas), pero iremos aumentando o disminuyendo gradualmente el nivel de proteínas hasta encontrar la dieta que mejor favorezca la salud y la calidad de vida de tu mascota”.