Información útil sobre las necesidades de perros y gatos con condiciones de salud nutricionalmente sensibles.
Trastornos pancreáticos
La insuficiencia pancreática exocrina (IPE) es un síndrome en perros causado por la producción inadecuada de enzimas digestivas, bicarbonato y otras sustancias necesarias para la digestión normal de los alimentos. Cuando las enzimas digestivas son insuficientes o no existen, el resultado es la mala digestión y la desnutrición.
Los signos clínicos comunes de IPE en perros incluyen pérdida de peso, a pesar de un apetito normal o aumentado; diarrea del intestino delgado; esteatorrea; aumento del volumen fecal y, en algunos casos, de la frecuencia de defecación; y aumento de la flatulencia. También se han informado condiciones corporales deficientes, borborigmos, coprofagia o pica, y nerviosismo o agresividad.1,2
Los objetivos de la intervención nutricional en perros con insuficiencia pancreática exocrina son proporcionar suficiente energía y nutrientes altamente digeribles para apoyar la condición corporal ideal, evitar deficiencias nutricionales y minimizar los signos clínicos.
El páncreas exocrino tiene una gran capacidad de reserva para la secreción de enzimas digestivas. Los signos de problemas gastrointestinales asociados con IPE (p. ej., esteatorrea, diarrea crónica) no ocurren hasta que se pierden la mayoría de las secreciones de las enzimas pancreáticas.3,4
La adición de enzimas pancreáticas exógenas a los alimentos en cada comida es el tratamiento principal para el cuidado a largo plazo de perros con IPE.
La capacidad de digestión, en particular para la digestión de grasas, no regresa completamente a la normalidad a pesar del suplemento adecuado con enzimas.5
La modificación alimenticia, como una menor cantidad de grasa o una mayor digestibilidad, puede ayudar a reducir la gravedad de algunos signos clínicos.6 Sin embargo, la elección de la dieta depende del perro en particular, ya que varían las respuestas a las diferentes estrategias dietéticas.6 a 9 Con un paciente en particular tal vez sea necesario probar varias dietas antes de identificar la más apropiada.
Es posible que la respuesta de un perro en particular al cambio de la dieta no se correlacione con la concentración alimenticia de grasa.8
Una dieta gastrointestinal terapéutica, comercial y de bajo contenido de fibra, altamente digerible, puede ser apropiada, particularmente durante el tratamiento inicial, hasta que el estado nutricional del perro haya mejorado y se haya reparado el daño de la mucosa, si existió.2,10,11
Algunos perros se pueden controlar bien a largo plazo con alimentos comerciales para mascotas cuando se complementan con enzimas pancreáticas.12,13
Se ha encontrado deficiencia de cobalamina (vitamina B12) en el 75% al 82% de los perros diagnosticados con IPE.7,10 Si no se corrige, la hipocobalaminemia puede dar como resultado que el tratamiento no surta efecto o que haya complicaciones.1 La vitamina B12 se debe complementar por vía parenteral si el análisis revela una deficiencia. El suplemento oral puede ser adecuado después de la estabilización.
“Tu perro [nombre del perro] tiene una afección en la que el páncreas no produce suficientes enzimas para digerir adecuadamente los alimentos. Cuando los alimentos no se digieren en sus diversos componentes, como aminoácidos o ácidos grasos, esos nutrientes no se pueden absorber adecuadamente. Se deberá agregar un suplemento de enzimas pancreáticas en cada comida de tu perro. También recomiendo que [nombre del perro] comience una dieta especial altamente digerible, con bajo contenido de fibra y moderada en grasas para ver si ayuda a reducir algunos de los signos clínicos de tu perro".
Este breve formulario de evaluación del historial de dieta es un documento práctico y fácil de usar que puede ayudar a los clientes a proporcionar información importante sobre la dieta de su mascota.
La transición gradual hacia una nueva dieta minimiza el riesgo de malestar estomacal.